Es una lengua conocida por más mil cuatrocientos  millones de personas, la mayoría nativas de la zona, lo que implica un valor añadido, de cara a las relaciones con este país, para los occidentales que tengan la capacidad de hablar y entender dicha lengua.

Comprender la lingüística de un lugar implica descubrir gran parte de su entramado cultural, un hecho de suma importancia para empatizar con una manera de vivir distinta a la occidental. Esto significa que el aprendizaje de competencias idiomáticas no sólo es bueno para el desarrollo de las habilidades comunicativas y de la memoria, sino que es una fórmula para cultivar la tolerancia y el respeto hacia otras realidades quizás aún desconocidas aunque muy presentes.